La edad nos llega a representar tan solo como un número registrado en nuestra acta de nacimiento, ya que nuestro estilo de vida y alimentación nos hacen ver más jóvenes.
Pero, una investigación declara que a los 34 años nuestra juventud eterna termina gracias a que nuestras proteínas cambian de niveles en nuestra sangre y comenzamos a envejecer.
Según lo estudiado por los científicos de la Universidad de Stanford, por más que tu apariencia sea joven, por dentro tu cuerpo empieza a envejecer, algo que es irreversible.
“Medimos 2.925 proteínas plasmáticas desde 4.331 adultos jóvenes hasta no nativos y desarrollamos un nuevo enfoque bioinformático que descubrió profundas alteraciones no lineales en el proteoma plasmático humano con la edad”
Esto no quiere decir que te descuidarás en la alimentación y en el ejercicio. Tu apariencia puede seguir siendo fresca gracias a tus cuidados.