1. Es una gran fuente de crecimiento personal
2. Descargas la presión del trabajo
3. Aprendes (de una vez por todas) que “estar sola” no significa “soledad”
4. Nos infunde una sensación de confianza y orgullo personal
5. Nos ayuda a crear conexiones más profundas y a apreciar más a los demás
6. Te desprendes de los prejuicios