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Alguna vez alguien te habría roto en mil pedazos. Ese alguien desaparece de tu vida y en esos instantes te desapareces momentáneamente. No sabes bien lo que está sucediendo y tampoco sabes gestionarlo.
Todo se viene abajo, y tienes una mezcla de sentimientos que no sabes bien cómo asimilar. Esas ilusiones rotas, esa vida que te imaginabas...
La decepción ahora te inunda, por haber confiado en alguien que creías que jamás te fallaría, pero lo ha hecho, y la verdad como duele.
Porque sí, porque cuando te decepciona la persona que no querías que lo hiciera, el dolor es tan profundo que no hay palabras para describirlo.
Pero no te confundas, eso no es amor, porque alguien que te quiere puede desaparecer de tu vida, pero jamás lo hará haciéndote pedazos.
Pero donde hay caos y tormenta, habrá calma y paz de nuevo. Esos pedazos se acaban juntando otra vez, construyendo una versión de ti más fuerte y mejorada.
Una versión por la cual aprenderás a quererte mas y mejor, que provocara que te des el valor que te mereces, que dejes de culpabilizarse por absolutamente todo y que hará que te aceptes tal y como eres.
Una versión que mires al espejo y digas "Que bien que estoy conmigo" y será gracias a este proceso de reconstrucción y a esta nueva versión de ti, aprenderás a no dejar entrar a personas a tu vida que no sumen, ya nadie te hará daño porque ese poder ahora te pertenece exclusivamente a ti.
No tendrás miedo a entregarte, porque sabes que solo entregándote podrás mostrar quien realmente eres, y solo lo harás con la persona que valga la pena, que sepa lo que realmente vales.
Eres infalible y ahora estas consiente de ello. Constrúyete las veces que sea necesario, porque no siempre las cosas saldrán como tú esperas o deseas. Pero nunca dejes de quererte.
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Y por último, es tan importante saber estar como saber marcharse. Nada es eterno, y puedes dejar de sentir y de querer a alguien, pero no te marches rompiéndole el corazón a la persona que ha cuidado el tuyo, que ha compartido un buen tiempo de tu vida. Sé el recuerdo por el que crea en el amor, y no el motivo por el que deje de hacerlo.