"Adios a mi antigua yo..." una carta a tu yo del pasado

¿Alguna vez te has preguntado qué hubiera sido de ti si hubieras elegido diferente? O, ¿Qué hubiera pasado? Estoy segura que sí. Muchas veces nos preguntamos los porqués de las cosas y nos decimos a nosotros mismos la frase, “sí, pero el hubiera no existe.”


City-Life

No se tú, pero a mí sí me ha pasado que me quedo pensando en que hubiera sido de mi vida si no me hubiera mudado o si no hubiera estudiado en la escuela donde estudié.


También, muchas otras veces me hubiera gustado saber la respuesta a muchas dudas o tener algún consejo externo y extra. Por eso, escribe una carta a tu yo del pasado y, si quieres, también una a tu yo del futuro. ¿Por qué? Bueno, para empezar, cuando escribes sobre el pasado puedes soltar y dejar ir muchos sentimientos que tenías atrapados y, que al tenerlos en papel, podrás sentir que te liberaste de algunos.

También, porque puede servir como manera de contestar todas esas preguntas que tenías hace unos días, meses o años, y darte un consejo a tu yo del pasado. Por ejemplo, le puedes contar cómo es tu vida ahorita, si es lo que habías esperado o no, y hacer una pequeña guía sobre las conclusiones que has llegado a tener. Una carta a tu yo del pasado es la mejor manera de reflexionar sobre lo que tienes y lo que quieres y hasta donde has llegado. Intenta hacerla. También sirve que le hagas la carta a alguien que quisiste en el pasado; puede ser un exnovio, algún familiar o hasta esa mascota que se murió.


Notions

Inténtalo y aprovecha estos momentos de reflexión que tenemos ahora. Y después de escribirla, la puedes quemar para dejarlo ir, o guardar como un recordatorio de lo que te hubiera gustado y lo que hubiera sido. Te lo recomiendo.


Fuente: Isabella Hoth


Adios mi antigua yo...


Es por eso que hoy más que nunca siento que puedo volver a nacer, y como la primera vez, nazco desnudo y sin ataduras, nuevamente como un ser de loto.


Las amarras ya no son necesarias, por eso de la nueva bienvenida a la autenticidad en toda su luz. Y desde esa ingenuidad me permito nuevamente abrazar la vida, hoy más fuerte que antes, para dar mi primer suspiro en este nacimiento.


Querida y amada versión antigua: ya has cumplido con tu papel.
Gracias... y hasta siempre!


A todo lo que fui un día: Gracias...


A mis partes ya muertas: Gracias...


A mis partes olvidadas que dejé en lugares que ya no recuerdo: Gracias...


A mis partes que ya se rompieron en miles de pedazos y que nunca encontré de mí: Gracias...


A mis partes vacías que alguna vez intenté llenar con distracciones, apegos y obsesiones: Gracias...


A mis partes frustradas y molestas por esos sueños que nunca cumplí: Gracias...


A mis partes que ya no van conmigo y ya ni me tienen sentido: Gracias...


A mis partes que no quise y que no pude abrazar: Gracias...


A mis partes que no se atrevieron a marcar límites por miedo a no ser aceptado: Gracias...


A mis partes que ya se maltrataron y se dejan maltratar por otros: Gracias...


A mis partes que no creyeron en sí mismas: Gracias...


Hoy hago un requiem para su despedida. Agradeciendo su tráfico en mi vida, pues es a todas esas versiones de mí que agradezco tanto.


Hoy despido y libero de absoluta rendición a todo lo que ya cumplió su tiempo.


Y Gracias... a todas mis pequeñas muertes que hoy hay un nuevo espacio para oportunidad, vida, creación.


Gracias VIDA y MUERTE por bailar armoniosamente ante mí. Hoy celebro la vida y canto fuerte ante este nuevo nacimiento. Y a mis partes ya muertas las abrazo, las amo, las honró, agradezco y me despido. Pues fueron lo mejor que pude hacer por mí en ese momento y lugar, por lo tanto no las crítico pero que les rindo todos mis honores.

Artículo Anterior Artículo Siguiente