Te quiero, pero te dejo

La mejor forma de dejar a alguien que todavía queremos. Parece una contradicción, pero quien más y quien menos se ha visto en esa tesitura emocional: tener que romper una relación a pesar de que aún existe el amor.


Dejar a quien aún se ama es una experiencia que suele marcarnos.




 A veces el amor y los eventos chocan. Como dos planetas que colapsan. No sabemos muy bien por qué sucede, pero uno siempre llega a esa edad en la que descubre que el amor no todo lo puede. También, que quien bien nos quiere no debería hacernos llorar, pero lo hace. En ocasiones, hay algo inexacto en la fórmula del afecto entre dos y eso, es algo que de lo que tomamos conciencia tarde o temprano.


Dejar a una pareja a la que aún se ama es una experiencia a la que muchos se han enfrentado, es cierto. Una investigación de la Universidad de Utah, por ejemplo, destaca algo interesante. Las razones por las que elegimos marcharnos de una relación pueden ser múltiples, pero hay una decisiva: la pérdida de confianza. 


No solo es dejar de sentir esa alianza y esa complicidad auténtica con el ser amado. Es darnos cuenta de que, por mucho que hagamos, por muchos esfuerzos que invirtamos, lo que nos distancia no se resuelve. Reflexionemos en esas claves que deberíamos tomar en estas circunstancias.


Para dejar a una pareja a la que aún se ama, es esencial ser honesto con el otro. No se puede terminar una relación sin dar una explicación, sin tener una conversación final con la que aclarar el por qué de la ruptura. Evitemos clichés o frases hechas, rehuyamos del clásico “no eres tú, soy yo” o “no tengo las cosas claras, vamos a darnos un tiempo”.


Si tenemos claro que esa relación no nos aporta una felicidad auténtica, hay que ser asertivos y ponerlo en voz alta.


No buscar culpables, un final sin resentimiento se cierra mucho mejor

Cuando una relación termina, casi siempre se buscan culpables. Puede que uno traicionara al otro. Es posible que alguno de los dos descuidara el afecto y la atención. También suele darse el caso de que los caracteres y las personalidades no armonizaran demasiado a pesar del amor.


Sea como sea, a la hora de dejar a una pareja a la que aún se ama, es recomendable no cargar ni proyectar culpas. Asumamos que la ruptura es la mejor opción para ambos, el único camino para dejar de sufrir y ser de nuevo nosotros mismos. Hagámoslo sin un exceso de rencores y malestares.

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