Cómo callar a un Narcisista

Cree que el N atrae tanto como espanta, ya que muchas personas pueden caer presas del seductor reclamo de sus logros, su inteligencia y su autoconfianza, aparentemente impecables; pero su arrogancia, su condescendencia, su sentido de tener derechos especiales y su falta de empatía producen ira y frustración, y hacen perder el equilibrio con las paradojas de su carácter.




Suelen ser egocéntricos. Necesitan lograr la imagen perfecta (reconocimiento, poder, superioridad,…), y tienen poca o nula capacidad de escuchar, cuidar o entender las necesidades ajenas. No tienen conexión íntima con los demás.


Lucen un ego impetuoso y jactancioso, mientras anhelan, como todos, una buena relación con los demás, una conexión más profunda (sin ser conscientes de ello). Puedes experimentarlo como alguien: con poca consideración por tus necesidades y sentimientos; siempre dispuesto a captar tu atención de forma egocéntrica, que se cree con derechos especiales y que se hace odioso.


Orígenes del narcisismo y presentaciones más frecuentes:

1. Niño mimado. 

De niño les pusieron pocos límites, no había consecuencias cuando rebasa o infringía esos límites o reglas. No aprendió a tolerar el malestar. Se le consintió demasiado. Todo ello le llevó a creer que es mejor que otros, y que tiene derechos y privilegios especiales.


2. Niño solitario-necesitado. 

Recibieron amor condicional basado en el rendimiento. Los padres esperaban que fuese el mejor. Le inculcaron que de no serlo sería: defectuoso, inadecuado e indigno de ser amado. Algunos sufrieron las quejas y críticas de uno de sus progenitores y la predilección por parte del otro. No le enseñaron a ponerse en el lugar del otro y a sentir la vida interior emocional de las otras personas. Abrumados por la vergüenza, la sensación de ser defectuosos, las críticas y la falta de afecto, buscan la compensación en su N.


3. Niño dependiente-sobreprotegido. 

Sus padres hacen todo por él. No desarrollan su competencia. Se creen con derecho a que los demás se encarguen de todo. Sin embargo, muchos niños crecen en ambientes similares sin volverse N. Por tanto, se supone que el temperamento, lo innato y biológico también influyen.

En cualquier caso, los N tienden a albergar esas tendencias disfuncionales, que se activan con mayor fuerza en situaciones que les recuerdan las experiencias de su infancia en las que se creó su esquema.




Todo termina...

Cuando estás bajo el hechizo del N es posible que no veas con claridad lo que está ocurriendo en tu mente y en tu cuerpo. Puedes sentirte insatisfecha e ineficaz por tu forma de lidiar con él, pensando: ¿Soy masoquista?, ¿Cómo permito que me trate así?, ¿Por qué sigo con esta persona tan difícil?


1. Activa tu voz: Cuando te sientas atacada por él, puedes contratacar (al N y a tus recuerdos asociados). Pero es mejor ponerte en tu lugar, utilizando tu voz sabia, autentica y asertiva, contra su abuso, control u opresión; sin despreciarlo o criticarlo, sin victimismo y sin sentirte moralmente superior.


2. Controla tu ira: Identificar sensaciones físicas y mentales incomodas y vincular ese malestar familiar con tus esquemas archivados en tus historias del pasado.

Esas sensaciones impulsan automáticamente tus respuestas ineficaces de indefensión, bloqueo, ira, agresividad,… (las típicas respuestas a las amenazas con lucha, huida, o bloqueo-sometimiento).

Cuando empiezan a activarse tus esquemas en respuesta al comportamiento irracional de tu N, a veces podrás responder bien, con calma, empatía y asertividad, pero otras veces no. Son personas complicadas que parecen “tener un don” para activar las emociones y esquemas disfuncionales del interlocutor. 


3. Deja las cosas claras:

Una respuesta típica es contraatacar, respondiéndole con ira, pensando algo similar a: “No deberías hacer esto”, “Es terrible”, “No puedo soportarlo” o “Te vas a enterar”. Así, entramos en una batalla.

Pero es mejor pensar “Yo también tengo derechos” y decirle algo similar a:

  • “Aunque no sea tu intención, me siento infravalorada por tus comportamientos y tus palabras”
  • “No voy a tolerar ser tratada de esa forma tan despectiva”
  • “Si te sientes molesto conmigo, puedes decírmelo sin degradarme ni ignorarme”
  • “Tú tienes derechos y yo también”
  • “Te agradecería que me hables con más consideración y yo haré lo mismo por ti”

Otra respuesta muy común es la huida - evitación. Podría ser una buena opción, al menos temporalmente (en eso se basa la técnica del tiempo fuera). Pero no siempre es lo más deseable. Además, el N te suele perseguir, exigir y persistir. Por tanto, antes de alejarte o distanciarte, explicarle los motivos.


4. El efecto "mindfulness":

La práctica del mindfulness te ayudara a ser capaz de centrarte en el momento presente, y de que los comentarios molestos del N no te provoquen emociones ni actitudes contraproducentes. Por ejemplo, puedes elegir que “Te entren por un oído y te salgan por el otro”

Después, céntrate en respirar profundamente, sin exaltarte (mientras responsabilizas al N de su conducta molesta, te agradeces a ti misma tu respuesta constructiva, o pasas de todo).

Así conseguirás que donde antes, tu mente agitada, te llevaba a sentir ira, dudas, angustia o rabia, ahora el comportamiento irracional del N se deslice por ella sin apegarse, como una tortilla en una sartén de teflón, y te deje un sentimiento de confianza en ti misma por lo bien que estas afrontando esta situación tan difícil.

La práctica del mindfulness y los ejercicios aquí descritos, te ayudaran a comprender quien eres y cómo llegaste a ser así. Y te permitirá detectar tus hábitos insanos. Esto te abrirá la puerta a nuevas formas de responder e interactuar con tu N.


5. Mantener a raya al narcisista:

Para mantener a raya al N conviene dar los pasos siguientes:

  • Confrontarlo con sus comportamientos molestos, siendo asertiva con él desde la posición empática (p ej., pidiéndole un cambio de conducta)
  • Diferenciar culpa de responsabilidad (el N no es culpable de sus esquemas, pero sí que es responsable de cómo los maneja)
  • Establecer límites y reglas de reciprocidad
  • Promover que tenga una conciencia realista de sí mismo, reduciendo sus distorsiones narcisistas, y reforzar esa conciencia realista con comentarios positivos

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