Una mujer que nunca dice lo que siente, tiene miedo que la lastimen

Decir exactamente lo que siento, me deja vulnerable, justamente perfecta para que me vuelvan a lastimar.


Mayra Arvizo

Ella no tiene derecho a tener miedo. Ella es la fuerte, la serena, la que lo tiene todo claro. Su tarea es sostener a los demás, cuidarlos, consolarlos, decirles que todo va a estar bien. Ella no puede dudar y nunca ha podido hacerlo. Desde que era niña tuvo muy claro que su papel en esta vida era fungir como sostén de los demás.


Ella tiene el corazón lleno de enredaderas, producto del descuido de sus propias raíces. Así ha aprendido a vivir, refugiada en un lugar donde nade más tiene acceso.


Pero ella piensa y lo hace todo el tiempo. Su cabeza está llena de escenarios imaginarios; algunos inhóspitos, otros más claros.


mujer sumergida en el agua
federicabordoni.com



A su pesar, a veces se siente rota, incompleta. Como si su alma fuera un rompecabezas que no ha sido capaz de armar. No tiene instructivo.

Pese a sí misma, siente. No quiere sentir pero su cabeza es necia y le obliga a hacerlo. Entonces ella se enoja y hace todo lo posible por detener esa horrible sensación.

De vez en cuando llora. No le gusta llorar pero le es imposible controlar los furiosos ríos que se esconden tras sus ojos. Pero siempre a solas.

Presa de la ansiedad, las manecillas del reloj se entierran en su corazón como agujas. No sabe qué le deparará el futuro pero presiente que será algo horrible.

El pasado no la salva, al contrario, es una carga pesada y gris que recae sobre sus hombros, débiles ya de tanto esfuerzo al intentar soportarlo todo.

Mejor calla. Pero a su mirada nadie puede silenciarla. Tiene voz propia, delatora. En ella se refleja todo el dolor que ha luchado de manera incansable para exterminarlo.

Pero las emociones no dependen de uno. Tienen vida propia. Nacen desde el corazón, van recorriendo todas sus extremidades hasta devorarla por completo. Antes de siquiera darse cuenta, es consumida por ellas.

Está asustada. No sabe qué hacer, hacia dónde dirigirse. Es hora de aceptarlo, piensa. "Necesito sacarlo de mí, desahogarme con alguien". Pero el temor a sentirse vulnerable es tan fuerte y poderoso, que prefiere callar una vez más.


mujer en lugar roto
Yoko Tanji

A nadie le gusta sentir dolor emocional. Sin embargo, es un aspecto inevitablemente humano. Quedarse con él en lugar de sacarlo es una manera de hacerse daño. Las emociones tienen vida propia. Nacen, crecen y mueren, pero no hay manera de que ese ciclo concluya si se almacenan en el alma y no se sueltan. Es como una especie de costal de piedras; una puede no pesar mucho, se puede seguir caminando con ella. Pero al sumarse —y no expulsar ninguna— se va haciendo una carga que es imposible soportar sin quebrarse.

Fuente: Fuente original Carolina Romero

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