El Famoso color que acabó con millones de Mujeres

El verde era un hit en el siglo XIX.


Verde Scheele

 
Hasta la última mitad del siglo XIX, todos los tintes a excepción de algunos colores minerales, eran de origen vegetal o animal. La materia colorante se extraía de raíces, tallos, hojas y flores de distintas plantas y de ciertos insectos y moluscos por medio de una serie compleja de procesos.


Sin embargo, desde que William Perkins Scheele inventara por accidente el primer tinte sintético, la revolución del color lo invadió todo. Primero fue el púrpura, los azules y carmines y casi al final del siglo XIX, llegó el color "verde de Scheele".


La sociedad londinense victoriana enloqueció por el color verde tiñendo de este color no solo sus ropas, sino las paredes de sus casas.


Por desgracia el color verde estaba compuesto fundamentalmente por arsénico, un potente veneno como así se advertía en los botes de tinte y pintura.


La muerte como consecuencia del tinte verde de Scheele era horrible.
Un relato sobre la muerte de un fabricante de flores artificiales de 19 años de la época cita vómito verde, convulsiones y espuma en la boca en los últimos instantes de vida. La autopsia confirmó que había arsénico en su estómago, hígado y pulmones.


Verde Scheele

Los anuncios de obleas de arsénico, cremas y jabones para el rostro se comprometían a “transformar la piel más pálida en una aún más radiante y saludable; remover espinillas, limpiar la cara de pecas y de las manchas solares, así como dar a la tez un brillo indescriptible, haciendo que cada mujer tuviera una apariencia ADORABLE”.


Los efectos secundarios del arsénico sobre la piel comúnmente eran daño al sistema nervioso, insuficiencia renal, pérdida del cabello, conjuntivitis y, vaya ironía, lesiones cutáneas.


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Tal fue la cantidad de muertes que se produjo en Londres, que la Reina Isabel I, asustada, ordenó eliminar el papel verde de todas las salas del palacio de Buckingham tras enterarse de las cualidades letales del tinte.


El tinte no solo afectó a Inglaterra, se cree que el mismísimo Napoleón Bonaparte murió por su culpa, al mandar forrar las paredes de su casa con el papel.


verde de Scheele

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