¿Eres incapaz de ser feliz si estás solo/a?

Los principales signos de que no es amor, sino dependencia, es sentir que tu mundo se derrumba que cuando estás lejos de la pareja. En consecuencia, la persona dependiente tratará de estar siempre con esa persona, a pesar de que pueda llegar a incomodarlo/a y provocar la ruptura de la relación.




De igual modo, si eres dependiente sentirás una continua sensación del miedo al abandono, lo que puede llevar a buscar la compañía de terceros en todo momento. Asimismo, la ausencia de la pareja suele causar síntomas somáticos, como por ejemplo opresión en la garganta, palpitaciones, estados de ansiedad y, en casos más severos, depresión.


Celos excesivos: Las personas con dependencia emocional desarrollan unos celos patológicos que nacen sin causa aparente. Por este motivo, sus relaciones sociales se ven limitadas, ya que el dependiente tratará de controlar todos los aspectos de la vida de su pareja.


En algunos casos pueden incluso aparecer actitudes compulsivas por controlar cada paso de la pareja en su rutina diaria. Esta característica de la dependencia emocional en la pareja suele provocar que las relaciones sean tormentosas y poco duraderas.


Falta de autoestima: Otro factor que explica muy bien la diferencia entre amor y dependencia es que la persona dependiente tendrá baja autoestima, por lo que descuidará su propio entorno personal, afectivo y hasta laboral.


De hecho, la persona dependiente suele desarrollar una actitud sumisa en la que, indirectamente, le demuestra a la pareja que no se ama y que necesita ser amado/a para poder ser feliz.


Desaparece la capacidad de decisión: Los dependientes emocionales tienen la impresión de que no son capaces de tomar ninguna decisión sin su pareja. Esta creencia los hace vulnerables ante las distintas situaciones de la vida diaria, ya que se sienten perdidos e incapaces de identificar sus propios deseos.


Es una especie de “estado desvitalizado” que los coloca en una posición muy frágil, puesto que, aunque estén con la pareja, no serán capaces de mostrar sus deseos reales. Además, cada vez que la persona amada se aleja, la mente del dependiente entrará en una especie de pausa hasta que vuelva a reunirse con su ser querido.


Miedo permanente a que le pase algo a tu pareja: El miedo continuo a que le suceda algo a tu pareja es otra de las características de las personas que dependen emocionalmente de otra. Es una sensación permanente de controlar los pasos de la pareja, para evitar que algo o alguien le haga daño. Aunque en primera instancia suena como algo muy romántico, a la larga llega a sofocar a la pareja porque siente que le roban su independencia.


Idealizas a la otra persona: Con la dependencia emocional se idealiza a la pareja hasta el punto en que ya no le ves los defectos ni reconoces sus errores. La imagen que tienes de tu pareja cae en el estereotipo de la perfección, algo muy peligroso porque no te dejará ver más allá de la realidad.


Por el contrario, en las relaciones sanas y equilibradas cada miembro de la pareja reconoce que tienen defectos y virtudes y se apoyan para ser mejores personas cada día.


No hay opción para negociar: La persona que depende emocionalmente de otra no será capaz de cuestionar ni de negociar nada con su pareja, ya que siente mucha inseguridad y miedo a perderlo/a. Por este motivo, el o la dependiente aceptará todo tipo de decisiones y acciones sin imponer sus propios límites.


De hecho, la relación en este tipo de parejas se convierte en una serie de normas que se deben seguir al pie de la letra para gustar a la otra persona.


Necesidad constante de recibir muestras de afecto: La dependencia emocional genera la necesidad permanente de recibir muestras de afecto y sin ellas la persona sentirá que no la quieren ni la valoran. Por este motivo, si bien los detalles son esenciales para mantener viva cualquier relación, cuando se vuelve una exigencia o requerimiento obligatorio pasará a ser un obstáculo para la felicidad de la pareja.


Miedo permanente a la infidelidad: Junto a los celos obsesivos, aparece el miedo constante a que la pareja te abandone por otra persona. En estos casos ni siquiera hacen falta muestras de infidelidad para que supongan que su pareja les está siendo infiel, ya que cualquier llamada telefónica, salida con amigos, mensaje o cualquier otro contacto que tenga con otra persona le hará creer que pronto le dejará.


Fuente original: https://www.psicologia-online.com

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