Sana tu pasado, no dejes cabos sueltos...

Sana tu pasado. 


No dejes cabos sueltos, ni intentes brincarte el proceso doloroso de recordarlo. Hurga, husmea, remueve, profundiza. Existen muchos ejercicios y terapias especializadas en ayudarnos a recordar hechos bloqueados. Frecuentemente, nuestro dolor es del tamaño de nuestros secretos. Revela lo que esconden tus entrañas, acéptalo y perdona.


pinterest



Sí, ya lo he dicho. Se necesita ser valiente. Pero sin este principio básico, no sería posible amarnos honestamente. Existe un vínculo que debemos reconocer, entre nuestra historia pasada, y nuestra felicidad actual. Te aseguro que el resultado es revelador y satisfactorio. Lleva tiempo, paciencia, comprensión, honradez e integridad.


Aprendí que hay historias del pasado que duelen, que no son sencillas de retomar y reconocer. Nuestros propios mecanismos de defensa bloquean hechos, palabras y sentimientos que nos afligen. Aprendí que esconderlos no ayuda, que pasarlos inadvertidos y fingir que nunca sucedieron, solamente entorpece el proceso de sanación interna. Las cosas son, suceden, y hay que saberlo. No hay manera de curar un hecho de mi historia si no lo recuerdo, si no lo externo, lo reconozco y lo saco a la luz. En la oscuridad no hay sanación.


Cuando yo sé quién soy, con todo lo que esto representa, me será mucho más sencillo amarme y trabajar en las cicatrices.


Después de haber trabajado el pasado, entonces suéltalo. No lo cargues, no lo arrastres, no lo empujes ni lo sufras. El pasado solamente nos sirve para saber quiénes somos y por qué somos así. Pero el presente, se vive en presente. El amor, se da en persona. Y el hoy, es lo único que tienes para demostrarlo, vivirlo y sentirlo. Acepta todo lo que eres. Acepta tu cuerpo, tus sentimientos, tus emociones y también lo que piensas.




Ámate en presente.


Fuente: Mujeres en círculo

Artículo Anterior Artículo Siguiente