Si no te quieres, no podrás querer a los demás

Quererse a uno mismo es el primer paso que debemos dar para poder empezar a querer a los demás. 

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Pero quererse a si mismo significa el ser honesto consigo mismo y con los demás, o lo que es lo mismo, hacer un ejercicio de compromiso con la vida propia y también con la vida ajena.

Cuando hablamos de las relaciones de pareja siempre lo más importante es la comunicación, la paciencia y, por supuesto, el amor. Sin embargo, se ha descubierto que un ingrediente fundamental para bien llevar un matrimonio, o incluso cualquier tipo de relación, es la paz interior. 

Sentirse a gusto con nuestras vidas, de estar donde queremos estar y no donde no nos queda de otra más que quedarnos.

Si no te sientes en armonía contigo mismo, si tu estabilidad emocional brilla por su ausencia, entonces no importa lo que los demás hagan por ti, nadie en esas condiciones puede tener un vínculo afectivo exitoso.

El primer paso: Aprender a estar sol@

Saber estar en soledad abre las puertas a la intimidad. Conocernos y saber cuáles son nuestros gustos, nuestros deseos, nuestros defectos o nuestros fallos nos hace más reales y también más fuertes.

El objetivo de este camino será aprender a querer, desde la profundidad y el conocimiento, y no con los ojos vendados. Quererse a uno mismo, respetarse, darse tiempo y dejarse sentir serán los pilares básicos de una buena relación con todas las esferas de mi mente.

Si aprendemos a estar solos podremos tomar la decisión de establecer una relación sentimental, porque nos aporta y nos hace crecer; nunca será una necesidad, porque el amor ya estará dentro de cada uno.

Me siento bien conmigo y te elijo para compartir un camino, un camino con dos personas completas que se quieren, pero no mitades que necesitan ser completadas por otro. El amor a los demás será siempre una decisión y no la respuesta a una necesidad.