No quiero que el Karma te atrape, quiero que seas feliz

Porque ser feliz también es mi objetivo...

pinterest / funeraltango.tumblr.com
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¿Quién no ha sido herido por las acciones o las palabras de otra persona?

Estas heridas pueden dejarte con sentimientos duraderos de enojo y amargura — y hasta deseos de venganza.


Pero si no aprendes a perdonar, quizás seas tú quien pague el precio más alto. Al aceptar el perdón también podrás adoptar paz, esperanza, gratitud y alegría. Considera cómo perdonar puede guiarte en el camino al bienestar físico, emocional, y espiritual.


La mejor venganza es la que no se lleva a cabo. El mejor desquite es sonreírle al odio, sofocar la rabia y demostrar al otro que podemos ser felices. Porque no hay mejor estrategia que la de actuar con calma y sabiduría siguiendo adelante, con la mirada firme y el corazón descansado sabiendo que hay pesos que no conviene llevar con uno mismo demasiado tiempo.


Como una vez lo dijo Confucio "Antes de iniciar el viaje de la venganza debemos cavar dos tumbas. La nuestra y la de nuestro adversario". La filosofía siempre nos ha proporcionado marcos de referencia desde los que reflexionar sobre el acto de la venganza y las consecuencias morales vinculadas a esta práctica tan popular y a la vez “atractiva”.


La mejor venganza es la no venganza


Conseguir que otra persona cambie sus acciones, comportamiento, o palabras no es la idea cuando perdonamos. Piensa en el perdón más desde el punto de vista de cómo puede cambiar tu vida — al traerte paz, felicidad, y sanación emocional y espiritual. Perdonar puede quitar el poder que la otra persona sigue teniendo en tu vida.

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