Cada persona es un universo lleno de virtudes, de emociones y de bastantes defectos. Nadie escapa de eso, nadie pasa por la vida sin cometer errores y de tener vergüenza. Por eso quien nos critica, no tiene bien claro esto.
Sin embargo existen personas capaces de declaran que ellos son perfectos, y que nunca han cometido cosas que los avergüencen, convirtiéndolos en jueces de los demás.
Llegando incluso insinuarte que es lo que deberÃas hacer para no cometer errores, como debes de vivir y se vuelven intolerantes frente a tus fallas.
Pero todo esto, no es más que un problema de ellos. Quieren verse ellos mismo como alguien generoso, pero su egoÃsmo se lo impide. En realidad no son conscientes de que solo se preocupan por ellos mismos, y que no son capaces de hacer pequeñas ayudas a los demás.
Y creen que sus pretextos son suficientes para actuar como están actuando.
Lo que realmente sucede es que las fallas de los demás, les hace recordar sus propias fallas. No toleran en los demás lo que no toleran en si mismos. En otras palabras proyectan en los demás sus propias fallas, para no sufrir las heridas narcisistas de reconocerlas en ellos mismos.