10 Historias fabulosas que te harán creer en el destino otra vez

pareja y luna


  • Al lado de mi casa hay un pequeño parque. Mi hermana y yo solíamos pasear mucho por ahí. El parque tiene un lugar místico donde nuestra mamá conoció a papá y mi hermana conoció a su esposo. Hoy en el mismo lugar me choqué con un chico. Se disculpó y me ayudó a ponerme de pie. Toda la familia ya se está preparando para la boda.


  • Hace unos días se nos escapó el gato. Mi marido dice que huyó de casa para morir porque ya tenía 13 años. Teníamos que explicárselo de alguna manera a nuestro hijo de 5 años. Ayer fuimos a pasear y estaba planeando mi discurso, y de pronto escuché la voz de mi hijo: “Mamáaa, mira“. Vi que tenía en sus manos una copia de Freddie cuando él era pequeño. Ahora el nuevo ”Freddie" vive con nosotros, y le dije a mi hijo que el gato viejo “vive” en el pequeño. Mi esposo y yo nos pusimos a pensar. ¿Qué tal si de verdad los gatos tienen 9 vidas y regresan cada vez con sus dueños pero en nueva forma?


  • Nuevamente me convencí de que la vida adora las bromas. Mi hermana mayor salió durante 5 años con un chico, se separó de él y se casó con Alejandro. Mi hermano salió con una chica durante 8 años, se separó de ella y conoció a la hermosa Alejandra. Yo salí con mi novio durante 3 años, hace poco nos separamos y conocí a un chico... Adivina, ¿Cómo se llama?


  • Descubrí que mi marido tenía amante justo en la boda. No pude controlarme, no podía contener mis emociones: me eché a llorar, salí corriendo, me subí a un tren en el metro y fui a algún lado. Un enorme vestido de bodas, una chica llorando que llama la atención de los demás pasajeros, ya te imaginarás... De pronto un chico decidió levantarme el ánimo, me cargó en sus brazos y me sacó del vagón como si fuera el novio. Gracias al destino, ahora estoy feliz de verdad con mi nuevo marido.


  • Entendí que él era mi destino cuando supe que se llamaba Víctor y su papá también. Y todo porque me llamo Victoria y mi papá también es Víctor. ¡Decidimos seguir la tradición y le pusimos Víctor a nuestro hijo!


  • Me mudé a vivir a una casa rentada y viví ahí dos semanas. Un día decidí hacerme un día de spa: me unté arcilla azul de pies a cabeza. De pronto entró alguien. Yo, en el "traje de Eva", azul como Avatar, crucé la mirada con un chico totalmente pasmado al verme. Me escondí en la cocina, agarré un cuchillo. El chico sacó un gas pimienta y empezamos a investigar cómo resultamos ahí los dos. Se descubrió que el departamento le pertenecía a él y me lo había rentado su abuela que soñaba con arreglar la vida personal de su nieto. Hasta ahora recordamos nuestra discusión aquel día. Sigo viviendo en el mismo lugar, ahora somos pareja.


  • Enfrente de mi casa siempre hay un indigente. Un día se me acercó y me pidió dinero para comprar un boleto de lotería. No le creí pero sí le di dinero. Ayer se me acercó y me devolvió lo que le había prestado diciendo: "¡Estoy en deuda contigo! ¡Ayer me compré un boleto de lotería y me gané 250 mil! ¡Gracias!". Para ser sincero, casi me echo a llorar de emoción. Me sentí increíble sabiendo que con una cantidad tan pequeña logré ayudarle a una persona a cambiar su vida.


  • Hasta los 10 años viví en un pueblo provincial, y ahí mismo iba al kínder. Mi mamá y mi tía me contaban que en el kínder era amigo de una tal Daniela e incluso le había prometido casarme con ella. Pasaron muchos años, ahora vivo en la capital, conocí a una chica y nuestra relación se volvió seria. También se llamaba Daniela pero no le di importancia a eso. Con el tiempo nos conocimos mejor y le conté la historia del kínder. ¡Y resultó ser la misma Daniela! Pronto nos casaremos. ¡Los hombres siempre cumplimos nuestra palabra!


  • Perdí mi cartera: tenía mis documentos, dinero, tarjetas y una foto de mi gato. Dos días después, encontré en un autobús un móvil. Llamé a la mamá de la persona que lo había perdido. Fui a su casa y el hombre feliz me dijo que aún hay personas honestas en el mundo. Le dije que hace poco había perdido mi cartera, por eso sabía lo que se sentía... De pronto el chico sacó de su bolsillo una cartera y me preguntó si era mía. La abrí... ¡y vi la foto de mi gato! No te imaginas lo mucho que ambos nos sorprendimos. Todo el dinero y las tarjetas estaban en su lugar. Ahora él y yo somos amigos. No por nada el destino nos juntó. Los milagros aún suceden...


  • El otoño pasado a mi mamá le diagnosticaron cáncer. Los médicos decían que sus probabilidades de recuperarse eran muy bajas. Me la pasaba con ella en el hospital, mientras nuestra gata estaba sola en casa. Con el tiempo, la llevé también al hospital para que nos acompañara. El primer día la gata se acostó sobre mi mamá y así durmió durante todo el día. A la mañana siguiente, llegaron los enfermeros a hacerle un análisis a mamá y notaron que la gata ya no respiraba, se había muerto. Al día siguiente nos dijeron que la enfermedad cedía y que los análisis eran muy buenos, que era un verdadero milagro. La gata le dio su vida a mamá... No tenemos otra explicación.

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