Las cosas que no nos gustan no son tal malas como parecen

Cuando era estudiante de colegio, una vez pensé: "Mi familia es muy problemática, y yo... yo quiero vivir, despertar. Me quiero ir de la casa, siento que ellos no me están aportando nada bueno".


mujer con fases
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Pero lo que no sabía, que al nacer en una familia así de disfuncional, fue lo que me ayudó a despertar y reconocer mi camino.


Tal vez había aprendido mucho con todos los viajes que hacía en mi infancia con mi abuela; conocer lugares, oler plantas, sonreir por la ventana del bus, comer los dulces que ella cariñosamente me compraba y que alguna vez los rechace. Descubrí que la belleza es vista, a simple cosas. Gracias a ella y a que siempre necesitaba compañía para sus viajes, pude ver la belleza de los paisajes, el color verde y el azul fueron de mis favoritos.

 

Tal vez la ausencia de mi madre, vino a enseñarme que debo caminar sola, razonar y saber que es lo bueno y lo malo para mi. Que no siempre tendrás a alguien al lado quien te escuche y sobre todo te entienda. El hablar con tu conciencia y crear historias fue lo que saque de esa soledad. Por eso fui responsable con mis hermanos, los cuide hasta donde más pude, y trate que siempre tengan compañía, y de la buena, ya que mi madre no podía.


Tal vez mi padre me enseñó que el desequilibrio te lleva a la paciencia. A entender los comportamientos de los demás pero no siempre el aceptarlos, que la inseguridad mata todo lo bueno en ti y que es algo que realmente se debe trabajar día a día. Que no todos te aman como realmente quisieras. Y que sobre todo, el perdón es un susurro que das, para liberarte de la tristeza que proyectaron ti.


Marija Tiurina
Donde viven los pensamientos - Marija Tiurina


Tal vez mi hermano me enseñó el enojo, para mostrarme la compasión. No tuvo la oportunidad de ver la belleza externa que rodea su vida, por eso comprendo su manera de pensar y de actuar. Mi hermano no tuvo la oportunidad de sanar a mamá, ni de entenderla, no tuvo la oportunidad de comprender porque estaba tan ausente en su vida. Lo comprendo y lo entiendo.

 

Tal vez la persona que alguna día conocí y me mintió para dañarme, me enseñó el perdón. Gracias a sus acciones crecí y comprendí que debo salir de ese agujero negro de inseguridades, y que debo cuidarme más, por que de eso se trata el amor que me tengo.


Tal vez a la persona que alguna vez amé, me enseñó que la manipulación habla de recuperar tu control, de recuperar tu vida. Me enseño que no todo el mundo fue amado, que algunas personas se aseguran en la manipulación, porque no pudieron ver la belleza de ayudar, de comprender, de perdonar y de amar.


Tal vez esa persona que te hizo odiar, odiar tanto tu existencia y de las cosas que pasan y que no hemos podido entenderlas en su momento, llegaron a nuestras vidas para enseñarnos a amar. Amar de una forma incondicional, que nadie nos pertenece y que la vida es amar, amar aunque no se esté cerca.


Y si ¿todas estas adversidades son tus mayores logros?, si ¿todas estas lecciones fueron escalones necesarios para crecer?

Si no hubieras pasado por todo esto, ¿Serías la misma? ¿Habrías aprendido realmente?


Disfruta cada día, agradece y valora las lecciones. Pero sobre todo, aprende de los días...

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