19 Parejas super tóxicas y puede que seas una de ellas

Relaciones tóxicas de pareja son aquellas en las que una o las dos personas que la forman padecen más sufrimiento que el placer que experimentan por estar juntas.

pareja en cama


Para la Psicoterapeuta Dolores Velázquez 

"Este tipo de vínculos tóxicos está basado a menudo en valores románticos distorsionados y produce una gran insatisfacción personal, ya que la relación suele apoyarse en la intimidación, el sentimiento de culpa, los temores o las expectativas desmedidas, lo cual genera únicamente conflictos, problemas, estrés, dolor, desgaste y aburrimiento dentro de la pareja" en Cuida tu salud Emocional.


Tipos de relaciones tóxicas:


1. Mi pareja utiliza el dinero como un arma de poder para tomar ventaja en la relación

pareja dinero ilustracion


Este tipo de personas muestra una clara obsesión por el dinero, que asocia a una sensación de seguridad. La persona trata de establecer el rol de protector amparado en la seguridad económica que nos ofrecen y se siente más fuerte que nosotros porque es el que paga las facturas, asumiendo un papel dominante en la relación.
 

2. A mi pareja le interesa estar conmigo

Una persona interesada es aquella que valora el dinero, el éxito profesional, la fama o la posición social de su pareja mucho más que los sentimientos. Suele tratarse de personas frías y calculadoras que defienden por encima de todo su objetivo. Una persona interesada sabrá muchos datos sobre nosotros, cuánto vale nuestra casa, el valor del coche que conducimos, etc. En público suelen ser personas extrovertidas, adorables y simpáticas que usan toda su capacidad de seducción para acercarse a nosotros.


Una vez establecida la relación, nos exigirá demostraciones de amor para alcanzar sus objetivos, ya sean costosos regalos, cenas, viajes, joyas o que les ayudemos a promocionar su carrera profesional. Las relaciones tóxicas que establecen las personas interesadas son muy dañinas, ya que una vez se sirven de la ingenuidad de su pareja para alcanzar sus pretensiones sin preocuparse de las consecuencias que puede acarrear su ambición y logran sus aspiraciones, simplemente desechan a su pareja como si fuera un objeto.
 

3. Mi pareja busca darme celos

Nuestra pareja se hace el misterioso o inventa historias para que pensemos que todo el mundo que le rodea está interesado en ella e incluso coquetea con otras personas, pero luego se enfada y nos acusa de manifestar celos infundados.


Se trata de una forma común de llamar nuestra atención o de manipularnos, muy propia de personas inmaduras o inseguras que necesitan sentirse valiosas ante los ojos de los demás. Cree que la veremos más deseable si percibimos que es deseada por otros, eso le proporciona un sentimiento de superioridad y de control de la pareja.

 
Puede ser sumamente tóxica y destructiva mantener una relación así, ya que la desconfianza y el miedo a perder a nuestra pareja nos van a causar mucho dolor y terminará rompiendo la confianza que tenemos en ella.
 

4. Mi pareja miente y cambia la realidad en su propio beneficio

Nuestra pareja desaprueba a nuestros amigos y familia e incluso trata de alejarnos de ellos distorsionando la realidad. Los manipuladores juegan sucio y suelen mentir, contaminando nuestro entorno. Además, suelen valerse del chantaje emocional como, por ejemplo, el llanto, la amenaza, o el victimismo para alcanzar sus propios deseos.


Si somos sinceros con ella, se sentirá atacada y logrará que te sientas culpable por tu sinceridad. Si algo sale mal, es culpa nuestra. Si está triste, conseguirá que el ambiente a nuestro alrededor se vuelva triste. Una persona manipuladora no quiere una pareja, sino un prisionero, y eso nos traerá tremendos quebraderos de cabeza. Es una de las relaciones tóxicas que más desgaste producen porque puede ser complejo librarse de su manipulación psicológica.
 

5. Mi pareja muestra una inseguridad extrema con respecto a personas de su mismo género

Propio de personas con miedo a perder lo que poseen o ser abandonados, ese sentimiento le genera gran desconfianza pues tenderá a controlar en exceso a su pareja. Las personas inseguras suelen además estar a la defensiva y cualquier crítica que hagamos lo considerará un ataque personal.


Además, este tipo de personalidades necesitan constantemente los elogios y atenciones de la gente que les rodea porque requieren de la aprobación ajena para sentirse realizados.


>> No me amaba, pero tampoco me deja ir... ¿Por qué? <<
 

6. Mi pareja evita cualquier diálogo profundo

Se trata de parejas que no consiguen sostener una comunicación adulta y responsable. Así difícilmente podrán profundizar y avanzar en el amor. Lo característico de estas relaciones tóxicas es la ausencia de compromiso, lo que impide que las dos personas puedan llevar un proyecto de vida conjunto, generando inestabilidades y desconfianzas en la pareja.


A veces este tipo de relaciones tóxicas es debido a malas experiencias sufridas en relaciones anteriores por nuestra pareja y la superficialidad es un mecanismo de defensa que ella misma se ha impuesto para protegerse.
 

7. Mi pareja lo tuvo muy difícil en la vida, por lo que debo ayudarle

dependencia ilustracion


Este comportamiento es sumamente corrosivo. Suele darse en personas pesimistas o muy negativas a las que todo les afecta y se rinden con mucha facilidad. Continuamente estarán quejándose por su pasado, su presente y su probable futuro.


Pensar que hemos llegado a su vida para salvarle y transformarle en otra clase de ser humano nos arrastrará en una vorágine de manipulación, sufrimiento, abuso y dependencia. Además, se alimentará de nuestro positivismo y se beneficiará de nuestra compasión para sentirse bien. No lograremos hacerle ver que no todo es tan malo como parece y nos hará sentir que sin nosotros será infeliz. A estos sujetos también se les denomina “vampiros emocionales”. Generan relaciones tóxicas de mucho desgaste porque ‘chupan’ toda la energía de la pareja hasta dejarla exhausta.
 

8. Mi pareja sufre grandes cambios de humor

Suele tratarse de personas con conducta perfeccionista, conflictiva, egoísta y a menudo infantil que aprovechan para ejercer control sobre su pareja. Además, sus cambios de humor y sus obsesiones provocan que sea imposible la convivencia pacífica con ellos, ya que pasan de un extremo al otro con suma facilidad: de estar todo el tiempo pendiente y mostrarse cariñosos con nosotros a hacernos el vacío para inquietarnos, aumentando la sensación de soledad y minando la autoestima.
 

9. Mi pareja rechaza mejorar la relación

Suelen ser personas que prefieren la rutina, ya que tienen dificultades para salir de su zona de confort, es decir, se acomodan en este tipo de relaciones tóxicas y no quieren introducir cambios. Si deseamos vivir una vida aventurera, debemos evitar compartir nuestros planes de futuro con este tipo de personas, ya que estancarán nuestra vida, nos sentiremos frustrados y no podremos evolucionar.
 

10. Mi pareja me subestima y anula mis logros

Comportamiento propio de personas que, cuando le contamos las cosas buenas que nos suceden, nos desmerecen con el objetivo de que no disfrutemos de nuestros logros; es más, nos critican dudando de nuestras capacidades.


Estaremos ante una pareja egoísta si notamos que está en continua competencia con nosotros tratando incluso de evitar nuestros avances profesionales o nuevos retos. Además, siempre antepone sus intereses, restándole importancia a nuestros planes.
 

11. Mi pareja me amenaza constantemente y debo hacer lo que ella dice

Suelen ser personas que necesitan dominar a su pareja y demostrar el poder que tienen sobre ellas, llegando a humillarlas y amenazarlas para imponer su voluntad. Suele molestarle nuestro estilo de ropa o el uso de maquillaje o que salgamos con nuestros amigos de manera independiente.


Las personas autoritarias toman todas las decisiones sin importarles la opinión de su pareja: deciden la educación de los hijos, la forma de disfrutar el tiempo libre…


Nuestra pareja adquiere un rol activo en la toma las decisiones, y a nosotros solo nos queda la posibilidad de adoptar un papel pasivo, donde la aceptación nos evite discusiones o confrontaciones que no nos llevan a nada porque sabemos que lo tenemos perdido.
 

12. Mi pareja me controla y desconfía de mí

Nuestra pareja usa cualquier pretexto para controlar nuestros espacios personales, analiza las cosas que hicimos con una extraordinaria capacidad de argumentación y siempre consigue dar la vuelta a las cosas convirtiéndonos en culpables de lo sucedido. Además, sospecha de toda la gente que nos rodea haciéndonos interrogatorios sobre ellos, trata de saber dónde estamos a cada momento, mira nuestros perfiles en las redes sociales ejerciendo una continua vigilancia.


Finalmente terminará enojado y la culpa será exclusivamente nuestra, por lo que deberemos pedirle incluso disculpas. Si no lo hacemos, utilizará artimañas para hacernos sentir culpable.
 

12. Mi pareja amenaza constantemente con abandonarme recordándome lo mucho que le debo

abuso ilustracion


Se trata de una forma de manipulación emocional que es sumamente venenosa. El chantaje emocional produce un gran desgaste en la pareja, ya que usará nuestras emociones o sentimientos para conseguir lo que ella desea a través de la culpa, el miedo o la obligación. Así, nos sentiremos comprometidos de hacer lo que nos pide, aunque no lo deseemos.


El chantaje emocional es un arma para tener el poder sobre nosotros convirtiéndonos en su esclavo. Además, la conducta abusiva de este tipo de relaciones tóxicas nos quitará la energía y nos producirá una sensación de impotencia, frustración o incluso resentimiento que deteriorarán la relación de pareja con el tiempo. Recuerda que anteponer nuestros deseos a los del otro no es amor.
 

13. Mi pareja me menosprecia

Son personas a quienes humillar a otros les da un cierto placer para reafirmar su carácter. El descalificador disfruta manipulando y desestabilizando emocionalmente a los demás y puede mostrase interesado en lo que le contemos para, en el momento adecuado, desvalorizarnos ante los demás.


Usará su sarcasmo e ironía para, mediante indirectas, insinuar que no lo estamos haciendo bien influyendo negativamente en nosotros y contribuyendo a aumentar nuestra inseguridad. Usará todos nuestros miedos y defectos en nuestra contra para disminuir nuestra autoestima y afianzar su poder.
 

14. Mi pareja desea lo que los demás tienen

Propio de personas insatisfechas con su vida que actúan como si los demás le debieran algo o le hubiese sido negada una cualidad particular. Una persona envidiosa tratará siempre de buscar aliados para llevar a cabo sus planes y envenenar a otros con sus palabras y sus malos pensamientos, entre ellos, a nosotros.


Este tipo de personalidades se alegran cuando a los demás les va mal en la vida por alguna circunstancia, ya que siempre desean aquello que los demás tienen e intentan boicotearlos. Crearán, por tanto, a su alrededor un ambiente desagradable. Es por eso que no debemos dejar que nos guíen nuestros pensamientos ni nos ponga en contra de otra persona mediante sus pensamientos tóxicos.
 

15. Mi pareja no me presta atención, sólo habla de sí mismo

ego en pareja ilustracion

Siempre busca tener la razón y debatir todo lo que decimos, aunque muchas veces no sepa lo que dice. Es difícil tener como pareja a alguien que vive enamorado sólo de sí mismo. La persona narcisista siempre lleva asociado un sentimiento de soberbia, que le conduce a sobrestimarse como si el mundo sólo existiera por y para ella. Sus intereses, sus afectos, sus relaciones, su vida misma redundan en lo que los otros le pueden dar.


Es un depredador, de circunstancias, de emociones, de pensamientos y de relaciones. Si le adoramos y le alabamos de manera continua, entonces estará con nosotros eternamente. En caso negativo, no ya que sólo le interesamos en la medida en la que satisface o compensa su ego. De las relaciones tóxicas que causan más frustración, porque es muy posible que nuestra pareja padezca un trastorno de personalidad.
 

16. Mi pareja me da miedo cuando trato de dar mi opinión

Es cuando la pareja ejerce una forma de maltrato y chantaje basada en la violencia. Generalmente viene acompañada de agresiones físicas o psicológicas. Suele tratarse de personalidades que muestran un alto grado de crueldad y un fuerte carácter posesivo.


Lo más común es sentir miedo a las represalias y, por tanto, en estos casos, se suele callar las opiniones por miedo a molestar o desestabilizar emocionalmente a nuestra pareja, ya que, cuando eso sucede, pierde el control o se muestra irascible. De esta forma, evitamos las confrontaciones.


Muchas personas que entran en estas relaciones tóxicas lo hacen bajo el rol de salvadores, pensando que podrán cambiar a la otra persona. Sin embargo, sólo lograremos convertirnos en víctimas, puesto que, para que alguien cambie, debe realmente desearlo.
Son el tipo de relaciones tóxicas que hay que cortar de raíz. No hay excusa para la violencia. Nada bueno nos van traer. Solo mucho dolor y sufrimiento. No nos engañemos.
 

17. Mi pareja huye de proyectos a largo plazo

Las personas con este carácter tienen miedo a fracasar y miedo a triunfar, miedo a vincularse y a amar y miedo a ser rechazadas y abandonadas. Y este “sí, pero no”, esta duda, se convierte en una fuente de gran sufrimiento impidiéndoles seguir avanzando en la vida.


Una relación de este tipo frenará nuestro crecimiento estancándonos ya sea personal, laboral, espiritual o profesionalmente. El miedoso suele prometernos cosas que no se atreve a cumplir y luego argumenta excusas para justificar su falta de proyectos personales.
 

18. Mi pareja no me guarda fidelidad

Son seductores natos, personas enamoradizas que devoran relaciones. Muchas veces, incluso, inician una nueva sin haber cerrado la anterior. Se escudan tras la intimidad para satisfacer necesidades emocionales que no ven cubiertas. Disfrutan manipulando a su pareja con la que actúan posesivamente y les estimula la posibilidad de ser descubiertos.


Una relación así es muy perjudicial, ya que el sentimiento de traición que se produce a raíz de una infidelidad es la más dolorosa de las heridas, porque lastima algo vital y necesario para todos los seres humanos: la confianza. Mentira tras mentira, el infiel destruye en un minuto un sentimiento construido durante mucho tiempo.
 

19. Mi pareja no siente ningún cariño hacia mí

Es una de las personalidades tóxicas más peligrosas, ya que no sienten remordimientos cuando hacen daño a los demás. Son personas ambiciosas que alcanzan sus objetivos sin importar a quien destruyan por el camino. Son incapaces de decir “lo siento”.


Nos encontramos ante personas impulsivas, que se presentan encantadoras, pero que mentirán y engañarán para lograr lo que quieren fingiendo incluso sentimientos que no sienten ni padecen. Recuerda que son personas carentes de empatía.


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